IRYO: Una historia de arrogancia, maltrato y funa digital 🚄
Todo comenzó el 2 de agosto de 2025, en la estación de Barcelona Sants. Tenía planeado un viaje a Madrid con mi madre, de 76 años, que había venido desde México tras 7 años sin pisar España, para ver a sus primas mayores, en el pueblo de mi abuelo, en Castilla - La Mancha. Un viaje familiar, íntimo y emotivo. Yo había pedido mis vacaciones en el trabajo, todo estaba listo. Pero IRYO decidió arruinarlo.
✋ Denegación de embarque sin justificación
Al llegar al control de acceso, la empleada de IRYO, G. Flores (como lo indica su placa del uniforme) y el número de empleada, ID 107810 que ella misma me proporcionó de manera muy desafiante y altanera, al no querer brindarme su nombre completo.
Esta señora, me informó de forma grosera y despectiva que no podíamos embarcar porque llevábamos una maleta grande y tenía que pagar un suplemento de 40€ (ya tenemos un “RyanAir de los trenes de alta velocidad”). Le expliqué que la compartíamos el equipaje mi madre y yo, ya que no tengo dos maletas pequeñas y por comodidad para andar en el metro, las calles y los trenes; mi madre no puede andar arrastrando un equipaje por sí misma, yo llevaba lo de los dos en una maleta grande.
Me despreció y me negué a discutir con ella; yo simplemente quería revisar lo que habia comprado al adquirir los billetes de tren en la app de Trainline, antes de pagar el suplemento de 40€, pero la trabajadora G. Flores, se puso aún más violenta, estalló verbalmente y nos denegó el acceso al tren, por sus pistolas, por sus cojones, por sus huevos: “El tren está sobrevendido y no hay espacio ya para equipajes grandes, compren un billete y paguen el suplemento de equipaje grande para el siguiente tren que sale en una hora…” y con esa frase fulminante, el tren salió, y nosotros quedamos varados en Sants.
No hubo opción de pagar, no hubo flexibilidad…
¡Nos negaron abordar el tren!
Nos echaron de la zona de embarque…
¡Y el tren… se fue! 🚄💨
📞 Sin solución por ningún canal
Contacté primero a Trainline, donde el agente me dijo que se trataba de un “incidente a bordo” (aunque nunca subimos “a bordo”). Me remitieron a IRYO. Allí, el agente telefónico confirmó que no había reembolso ni alternativa por el tipo de billete, aunque el servicio no fue prestado. Volví a Trainline y pedí confirmación por escrito: “No podremos procesar el reembolso ya que el viaje es del pasado”.
¿Y el banco? Sabadell me informó que para hacer una reclamación por fraude necesitaba esa negativa de Trainline por escrito. Así lo hice, la obtuve y activé el proceso de reclamación. Mi derecho de consumidor: Si no me quieren brindar el servicio por el que pagué, es una estafa, ¿correcto? Pues que me devuelvan por lo que pagué…
💸 Mientras tanto, sin dinero, ni billete… no pudimos viajar. No tenía para pagar nuevos billetes. Las vacaciones, perdidas… ¡Gracias IRYO por tu arrogancia y prepotencia! ¡Gracias Trainline, por ser como ‘Pilatos’, lavarte las manos y mirar de perfil!
El reencuentro familiar: truncado.
Pero como buen estratega de marketing, sé construir la reputación y la credibilidad de una marca… y también sé exactamente cómo desmontarla cuando traiciona a sus clientes.
Perdí una batalla, sí. Pero no la guerra. Esto apenas comienza, y os aseguro que no me rendiré fácilmente. Ellos tienen mucho más que perder.
Ya me arrebataron el dinero de un viaje que significaba mucho más que un trayecto en tren. Ahora agotaré todos los recursos para recuperarlo. Mientras tanto… empecemos el contraataque:
📊 Datos duros que duelen y desmontan su falsa imagen de marca:
En 2023, IRYO perdió 107,9 millones de euros.
Y aun así, se niega a reembolsar 107 € por un servicio que no ofrecieron.
¿Cómo piensan recuperar clientes si los tratan así?
Ingresos al alza, pero con una reputación que va cuesta abajo.
IRYO, una compañía que dice ser “premium”, pero actúa como “low-cost”.
💥 No se trata solo del dinero
Este caso ha tenido un alto coste emocional y humano. Mi madre no puede cargar maletas, ni andar de arriba a abajo por estaciones. Por un embargo a mi cuenta bancaria, tampoco pude comprar nuevos billetes. El viaje se canceló… temporalmente.
Perdimos 4 días de nuestro viaje gracias a IRYO y a Trainline, por un servicio al cliente que deja mucho que desear. Pero ellos también perdieron —y mucho más de lo que creen.
📉 Perdieron mi confianza, mi lealtad, y un cliente que ya había invertido más de 873 € en billetes desde enero de 2024.
Solo con IRYO, había gastado 403,15 €, lo que representaba casi la mitad de mi gasto total.
📆 De haber mantenido esa relación, mi valor futuro como cliente (LTV) podría haber superado fácilmente los 1.500 € a medio plazo.
Por negarse a reembolsar 107 € de un servicio no prestado, han tirado todo eso por la borda.
📌 Iryo ha decidido que la arrogancia vale más que la fidelidad.
📌 Trainline ha demostrado que un cliente que no embarca, no les importa “es un incidente a bordo”, se lavan las manos y le echan la bolita al operador del servicio.
📣 He presentado:
Reclamación en la Junta Arbitral de Transportes de Catalunya
Reclamación ante la Oficina Municipal de Información a las Personas Consumidoras
Denuncia ante la Agència Catalana del Consum
Reclamación ante el Banco Sabadell por fraude de Trainline
Campaña activa en redes sociales (Twitter, Instagram, Facebook) con apoyo público y creciente viralidad
✊ Exijo:
💰 El reembolso completo de los billetes (107,50 € en total)
💸 Una compensación adicional del 50% por el daño emocional, económico y familiar causado (que sinceramente no es justo para lo que nos han hecho pasar)
🎟️ Que me paguen los dos nuevos billetes que tuve que comprar para poder viajar a Madrid y reanudar el viaje que nos truncaron
🙇♂️ Una disculpa pública por parte de IRYO y Trainline
🔍 Una revisión urgente de los protocolos de atención al cliente de ambas compañías
🧳 Que se garantice el derecho a pagar suplemento en caso de equipaje extra
👵 Que se establezca un protocolo de trato digno para personas mayores o vulnerables